lunes, 9 de junio de 2008

Una de las cosas que más me gusta de los días fríos, es disfrutar del fueguito, me gusta encenderlo, sobre todo un sábado ó un domingo, así que tranquilita acomodo las ramas, el papel y después me quedo mirando como una boba, ja!.

Hace bien considerar esos ratitos, mimar nuestros propios sentidos.

No es que no sepa encender el fuego, pero los días de semana prefiero que lo haga él, porque de ese modo, puedo seguir haciendo otras cosas, que a veces, porque así lo quiero, pienso que son actividades que dependen de mí, trabajitos de amas de casa, tal vez mi impaciencia e intolerancia de creer que lo voy a hacer mejor. Las mujeres a menudo somos complicadas, y otras veces, solo pienso que somos mas prolijas, no sé…podría decir entre tantas otras cosas, no voy a enumerar, que culturalmente, nos preparan desde chiquitas para ser futuras amas de casa, creo que aún hoy las madres esperan de sus hijas y pretenden de sus hijas pequeñas, lo que no se les cruzaría pretender de ningun hijo varón,…que feo.

Tal vez sea una señal de lo mucho que nos falta para dejar de ser machistas.

Con Maki estamos teniendo unos días super divertidos, por supuesto el primer día quiso probar el mate, todo prueba, pero no le gustó nada, tragó, hizo mil morisquetas y se ahogó, pero no escupió. Casi todo le gusta, en su lugar probaría menos de la mitad de las cosas, hasta ahora solo probé algas y casi vomito, no me gusta el pescado y parece, nada que tenga sabor a mar.

Sino me detuviera a pensar, que hace poco mas de una semana que llegó, creería que la conozco desde siempre, esa es la sensación que tengo, y un poco así, es la relación que tenemos también. Claro que no hablo su idioma, ni ella el mío, pero parece que nos alcanza con los gestos y con algunas palabritas que ya conocemos las dos, mezcla de inglés, japonés, dos idiomas que desconozco, y español.

Mientras barro la casa, ella muy silenciosa, sonriendo, posa la pala, donde tiro la basura, frente a la montañita de tierra, espera que tire dentro y la corre hacia atrás, unas tres veces, hasta ver que ya no queda mas polvo por levantar, repite esa acción a medida que voy recorriendo la casa.

También hemos cocinado juntas, armamos empanadas, revuelve la olla mientras ordeno, pone la mesa, etc. No estoy hablando de un mono, ó un extraterrestre, sé que eso parece, porque son detalles que casi nadie valora, y que para mí son tan importantes, pensemos lo que pensemos, seamos antiguas o modernas, para mí la casa y principalmente la cocina, tienen mucho valor en cuanto a comunicación entre mujeres se refiere, no sé…, en las cocinas hay historia, hay olores que nos llevan a recordar nuestra infancia, alguna vez.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones!! Ya aparece tu blog en Google. Si pones en buscar: nossaludaremossinunbeso o haremos un intento de saludo japonés. Ya pasé el otro día por aquí, pero no disponía de tiempo para comentar. Lo que pensé ese día al leerte, es que todavía existen en el mundo mujeres completas. Que aman su familia, el hogar, tienen ideales, gustan de su femineidad y tantas cosas más que se fueron perdiendo o transmutando. Mis mejores deseos de felicidad y plenitud para este invierno que recién comienza : )

luciérnaga dijo...

Hola Serp! pienso lo mismo que vos,jaja,gracias por pasar y tomarte el tiempo de leerme :)

Daniela Falcón dijo...

que lindo!! hay muchas formas de comunicación, claro... y a veces sin las palabras por una cuestión de idioma...
me mató eso de la palita, y de revolver la olla!!!! genial!!!

besos!!!