jueves, 15 de mayo de 2008

Desde que vivimos en esta casa, cada tanto hemos recibido gente que por distintos motivos terminaban hospedándose en casa, a veces porque queríamos, otras porque no teníamos alternativa, y otras porque no supimos, ó no supe, decir que no.

La primer visita fue un amigo de Horacio (me quedé pensando que casi siempre han sido amigos de Horacio, ó cercanos a sus amigos, tal vez porque mis amigos vivían ó tenían familia acá.) vino a nuestro festejo de casamiento, así que la noche de bodas fue con él tambien, en casa. No estaba totalmente de acuerdo con que así fuera, pero tampoco me parecía grave, así que después de la fiesta, no solo vino él a casa, porque era el lugar donde iba a dormir, sino que tambien vino otro amigo de Horacio y su esposa. Ellos durmieron en su casa, él era claramente gay y como casi todo gay super gracioso y ocurrente, esa noche estaba bastante borracho y como nos casamos a principios de diciembre y estábamos cerca de navidad, sus delirios tenían relación con esa fecha. Entre fuertes carcajadas, algo muy característico en él, imaginó a Papá Noel yendo por la ciudad en una limousine dorada repartiendo sidra y pan dulce a todos los ciudadanos, mezclando su encanto por el dinero y su espíritu de militante peronista. Ella una gorda insoportable. Con el tiempo, él asumió su homosexualidad, y ella dejó de ser gorda, pero no dejó de ser insoportable. Después de todo me reí bastante.

Al poco tiempo empezó a visitarnos varios fines de semana seguidos, un integrante del grupo musical que en ese momento compartíamos con Horacio, otro personaje, estaba muy loco, tenía una novia que era la hija de un pastor, mantenían una relación a escondidas del padre de ella, tal vez como me recordaba un poco a mi noviazgo con Horacio, le permitía quedarse y me tomaba todo con mas calma, ó tal vez la inocencia…

Éste ex amigo musical se llama Diego, y a veces no sabía que inventar para sacármelo de encima, para que no me persiga por toda la casa con un mate. Una noche Horacio se fue a dormir y quedé sola con él, pensé que la noche iba a ser eterna cuando lo ví llegar con un cuaderno Rivadavia de 100 hojas tapa dura, - éstas son las letras de mis canciones…- me dijo levantando el cuaderno, y como si fuera poco, empezó a mostrarme los arreglos que tenía para algunas de esas canciones, arreglos inexistentes. Él no tenía idea de tocar mas que una armónica y mal, recuerdo que tenía un amplificador super chiquito, un marshalito que funcionaba a batería, nunca lo ví usándolo. Las letras eran pretensiosas y sin demasiado sentido, y cada tanto al costado de la hoja tenía escrito, palabras como violínes, vientos, percusión, era divertido verlo, aunque me resultaba muy difícil poder irme a dormir en el momento que yo quería. Se sentía importante diciendo a todos, siempre que podía, que él era el representante de Botafogo en el sur de la provincia, y acto seguido te enseñaba un cd con la firma de Botafogo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

hola niñaaaa!

bue, saludo de nocturnidad antes de irme a dormir.

ah, internet te ata, eh?
hace horas que no puedo saliiiiir!

Cuántas visitas ustedes.

luciérnaga dijo...

hay mas visitas,muchas mas...

espero que aunque esto no se lea desde el principio siga tenmiendo sentido cada día por separado.

que buneo que voy a verte :)

Anónimo dijo...

Tenès blog!!! Esta noche te leo. Felicitaciones : )

luciérnaga dijo...

gracias Serp bienvenido a casa :)